Más allá del cholo: Evidencia lingüística del racismo poscolonial en el Ecuador
Nataly Fletcher
El horizonte colonial constituye un sustrato
profundo de mentalidades y prácticas que hasta hoy estructuran los modos de convivencia.
-Xavier Albó
El presente trabajo busca proporcionar un
breve análisis de las representaciones lingüísticas del racismo(1) en el español
ecuatoriano y argumentar que dichas representaciones (de carácter étnico y peyorativo)
señalan ideologías racistas fuertemente arraigadas en la época colonial. Usando la
lengua como eje principal de análisis, este ensayo intenta evidenciar un racismo
poscolonial; es decir, un racismo cuyo alumbramiento se vio en la colonia pero que sigue
vivo en la actualidad. También, se intentará caracterizar el racismo actual en el
Ecuador usando las pruebas lingüísticas mencionadas, para determinar si se trata de una
reproducción o una transformación del racismo colonial.
De cholos, longos y zambos:
etnónimos peyorativos en el español ecuatoriano
Para poder hablar sobre el racismo
reflejado en la lengua, es necesario analizar los significados de los términos mismos. En
el Ecuador, existe una sobreabundancia de vocablos y expresiones idiomáticas que, aparte
de hacer referencia a rasgos étnicos, son sumamente despectivos. Aquí se realiza un
pequeño estudio de los términos más destacados dentro de esta categoría.
Un término muy conocido en el Ecuador y en
otros países de la región andina(2) es la palabra cholo. Actualmente, la
palabra cholo sirve para denominar a una persona que tiene algo de sangre
indígena, pero por lo general, se usa de manera peyorativa. En su libro, Los Mestizos
Ecuatorianos, Manuel Espinosa Apolo explica: "el apelativo ‘cholo’, en
cambio, resulta ser el nombre más próximo a lo que podría constituir un auténtico
etnónimo de la unidad étnica principal ecuatoriana"(Espinosa Apolo, 207). Apolo
también enfatiza la connotación peyorativa que tiene actualmente el término en la
sociedad.
Históricamente, parece que el término
contaba con una definición más precisa. Si se toma en cuenta el cuadro peruano que se
encuentra al comienzo de este trabajo, se puede llegar a la conclusión de que, en el
siglo XVIII, la palabra cholo designaba una casta compuesta por los hijos
producidos por una mezcla entre mestizos e indígenas. Tenía una definición muy
específica que servía para dividir la sociedad en distintos grupos, formando una
jerarquía étnica, práctica común entre los colonizadores que se implementó en muchos,
si no todos de los países de América(3).
Tan usado es el término cholo en el Ecuador
que ha generado diez derivados distintos, catalogados por el lexicógrafo ecuatoriano
Carlos Joaquín Córdova en su libro, El Habla del Ecuador: cholada, cholear,
cholejón, cholerío, cholero, cholito, acholar(se), acholado,
acholo y acholamiento(4) (Córdova, 370). Entre estos términos, vale
la pena destacar el vocablo acholarse, sinónimo de tener vergüenza o avergonzarse.
Según Córdova, cuando Ricardo Palma propuso esta voz en el año 1892, ofreció el
comentario siguiente: "este americanismo se funda en la timidez característica de
nuestros indios cuando se ven forzados a hablar con la autoridad o con personas de
superior categoría" (32). Esta afirmación insinúa no sólo que la timidez es algo
típico de los indios de la época, sino que la idea de la inferioridad de ellos fue algo
muy aceptado en la sociedad. Esta herencia de prejuicios étnicos todavía se refleja
mediante el uso peyorativo del término cholo y sus numerosos derivados en el
Ecuador(5).
Resulta interesante contrastar la palabra cholo
con otra palabra muy común en el español ecuatoriano: longo. Según el
diccionario de Córdova, esta palabra quiere decir: "indio adolescente" (586).
Aunque no se menciona el carácter sumamente peyorativo del término en la definición de
Córdova, se implica por los ejemplos citados: "... longa maldita, ¿dónde te
has metido?" y "-Pero cuando se levantan las indiadas. –Pío no cree. Los longos
son cobardes". Es interesante notar la etimología de la palabra. Según Córdova,
una de las posibilidades es que viene de la voz quichua lungu, que quiere decir
muchacho (587). Sin embargo, en el español ecuatoriano actual, parece que la definición
de la palabra longo no es estrictamente la que ofrece Córdova.
En su Glosario de términos guayaquileños,
Fabrizio Murcillo Morla propone la siguiente definición para la palabra longo:
"indio de la sierra". Para cholo, ofrece una definición parecida pero
con otro requisito geográfico: "indio de la costa" (Murcillo Morla). La
tendencia de hacer este tipo de distinción en la costa también se reconoce por Espinosa
Apolo, quien explica que la palabra longo también se usa en ciertas partes de la
costa para referirse al serrano en general (Espinosa Apolo, 210). Este autor también
afirma que longo es un apelativo sumamente peyorativo (210). Igual que cholo,
la palabra longo también ha generado algunos derivados en el español ecuatoriano,
entre ellos, longuería, longuerío y longuero (Córdova, 587)(7).
Otro etnónimo importante en el español
ecuatoriano es zambo(8). En el Habla del Ecuador se encuentra la
siguiente definición: "hijo de negro e india, o al contrario" (909)(9). Aunque
las fuentes consultadas no aluden a la etimología de la palabra, la edición vigésima
segunda del diccionario de la Real Academia Española (RAE) indica que la palabra viene
del latín strambus, que quiere decir bizco o de forma irregular. La tercera definición
de la RAE es idéntica a la del Habla del Ecuador. La cuarta definición de la RAE
ofrece un dato interesante: "Mono americano que tiene unos seis decímetros de
longitud, y la cola prensil y casi tan larga como el cuerpo. Tiene el pelaje de color
pardo amarillento, como el cabello de los mestizos zambos, hocico negro y una mancha
blanca en la frente [...]" No se sabe según estas definiciones si vino primero el
término zambo como etnónimo o como nomenclatura biológica de la especie de mono
descrita arriba, pero es interesante notar este vínculo descriptivo entre los dos(10).
En cuanto a etnónimos que se usan a nivel
general en América Latina, hay que destacar los términos mulato, hijo de
blanco e negra, y mestizo, hijo de blanco e india. Estos términos, aunque
no tan peyorativos como los demás etnónimos que se han analizado hasta el momento en
este trabajo, también están muy presentes en el léxico ecuatoriano, y son herencia
directa del sistema de castas implementado por los colonizadores españoles.
Vale la pena señalar que los términos cholo,
longo y zambo también tienen versiones diminutivas: cholito, longuito
y zambito. Todos estos derivado sirven para otorgar una connotación afectiva y
agregar cariño al término, o como dice Espinosa Apolo, "para aminorar o neutralizar
la carga despectiva que le es inherente" (Espinosa Apolo, 210). Generalmente, las
versiones diminutivas de estos términos se utilizan con carácter afectivo más
frecuentemente entre personas de la misma etnia y posición social. Por lo mismo, si una
persona blanca de clase alta le llamara cholito a una persona mestiza,
probablemente no conllevaría el mismo significado de cariño que cuando un mestizo lo
dice a otro(11).
Entre chazos, chagras y chullas:
el racismo se transforma
Desde el vientre de las ideologías racistas
de la colonia, nacieron palabras como mulato, mestizo, cholo y zambo.
Sin embargo, una vez que estas ideologías empezaron a institucionalizarse, dieron paso a
aún más términos peyorativos, muchas veces con fuertes raíces en categorías étnicas.
Como observa Espinosa Apolo: "No obstante, estas estimaciones son aceptadas y
asumidas por los mestizos en el momento en que algunos de ellos admiten uno u otro de los
subetnónimos locales [...]" (Espinosa Apolo, 212). El autor continúa: "Entre
estos subetnónimos destacan los términos: ‘montubio’, ‘chazo’,
‘chagra’, ‘pupo’, ‘chola cuencana’, ‘morlaco’ y
‘chulla’" (212).
De los subetnónimos locales señalados, el
primer término que definir es montubio(12). Las definiciones del libro El
Habla del Ecuador son las siguientes: "campesino de la costa y por extensión el
costeño en general"(13) y "sujeto chabacano e inculto de la costa"
(Córdova, 655). Mediante la segunda definición, se nota que la palabra conlleva un
significado despectivo. Además, la RAE ofrece otra definición para el término,
clasificado en su diccionario como un americanismo: "dicho de una persona montaraz,
grosera". Es obvio entonces que este vocablo sigue las pautas peyorativas
establecidas por los demás etnónimos del país. Sin embargo, en esta definición parece
faltar un ingrediente étnico.
El término chazo(14) también
implica un sentido peyorativo. En su análisis de la utilización del vocablo en varias
fuentes literarias, Córdova revela su definición: "gente que no es de la alta
sociedad, sino de extracción humilde" (358). En cuanto a connotaciones étnicas,
Córdova concluye que se usa chazo también en el sentido del campesino no indio.
Esa conclusión se debe en parte al ejemplo literario tomado del libro Sumag allpa
de G. Humberto Mata, en que se habla de un pueblo que consiste de "chazos, cholos e
indios". El hecho de que se incluyen a los chazos juntos a los cholos e indios
evidencia un posible componente étnico que podría estar implícito en la palabra (358).
Otra palabra que se usa despectivamente es chagra,
palabra proveniente de la voz quichua chacra o chagra, que quiere decir
sementera de maíz (336). La definición que aporta Córdova es: "campesino de la
región interandina del Ecuador que no se identifica precisamente con el indio"
(337). Resulta muy interesante que el chagra se define según características
laborales (es un campesino), características geográficas (viene de la región
interandina) y características étnicas (no se identifica con el indio). En otras
palabras, podríamos concluir que un indio campesino de la región interandina no se
llamaría chagra, porque no cumple con el requisito étnico. Entonces, vemos
claramente como la cuestión étnica tiene que ver con este término también.
Respecto al vocablo pupo en su
sentido subetnonímico no se ha escrito mucho. Sin embargo, Espinosa Apolo afirma que la
palabra pupo, igual que chazo "no superan del todo su connotación
negativa" (Espinosa Apolo, 215). El Habla del Ecuador lo define así:
"sobrenombre con el que se conoce a los oriundos de la provincia de Carchi"
(Córdova, 768). Aunque no se comprueba mediante estas aportaciones ningún elemento
étnico o racista, la afirmación de Espinosa Apolo implica que se usa peyorativamente.
El término chola cuencana se
define por Córdova de la manera siguiente: "mujer del pueblo, de origen humilde, no
india". Chola se define así: "dícese de la mujer del chaso". La
primera definición hace referencia a la etnia, pero no en sentido afirmativo sino
negativo, característica que se destaca también en la definición de chagra. Esa
tendencia de negar y alejarse de lo indio representa que el hecho de relacionarse con la
categoría étnica de "indio" se considera negativo, y por eso la importancia de
definirse en términos que dicen, "no soy indio".
Otro término subetnonímico local es morlaco,
definido por Córdova como "apodo dado al nacido en Cuenca" y como adjetivo,
"lo referente a Cuenca y los cuencanos" (655). Córdova, siendo cuencano, dedica
dos páginas y media de su diccionario a una exploración de la etimología y el carácter
despectivo de la palabra. También menciona dos pruebas de que morlaco tiene
connotaciones negativas: una frase popular que él describe como maliciosa, "morlaco
ni de leva ni de saco", y la definición de tal voz en el diccionario de la RAE,
"persona que finge tontería" (658).
Un término muy conocido que hay que mencionar
es chulla, palabra que se sigue popularizando cada diciembre, cuando se toca la
canción "El chullita quiteño" para las fiestas de Quito. Como adjetivo,
Córdova define la palabra así: "Dícese de la persona ordinaria, sin educación ni
refinamiento". Como sustantivo, da los significados, "simulador de cualidades
desde la riqueza a la nobleza, del talento a la elegancia y notoriedad; afectado, audaz y
embustero", y también, "referido al quiteño, el que exhibe caracteres de
alegría, ingenio, y por lo general de extracción humilde" (381). Esta palabra viene
de la voz quichua chulla, que quiere decir, "lo que va solo cuando usualmente
es par" (380). Es interesante notar que la etimología de la palabra insinúa una
cosa incompleta, carente. Las definiciones dadas por Córdova también podrían
interpretar así, ya que hablan de una persona que desea simular una posición social
noble y una persona que viene de una posición social humilde. Entonces, aquí el término
parece no tener tanto que ver con la etnia como con la clase social. De todas maneras, se
notan los rasgos negativos que implica el término.
Todos los términos analizados en esta
sección hasta aquí han sido vocablos mencionados por Espinosa Apolo como subetnónimos
locales. En las definiciones ofrecidas por Córdova no se destaca el elemento étnico
uniformemente. Entonces, surge la pregunta siguiente, "¿existe tal cosa como un chagra
negro, una chola cuencana mulata, un chulla zambo?" Cualquier
ecuatoriano sabe que la respuesta correcta es "no", pero ¿por qué? La
explicación radica en que todos los términos descritos arriba nacen de una categoría
muy específica: el mestizo. Sabiendo eso, se explica fácilmente por qué todos los
términos analizados son peyorativos. En la época colonial, la palabra mestizo se
introdujo para describir al hijo producido por la mezcla entre blanco e indígena. Como el
contacto con la sangre indígena se veía como algo negativo, cualquier derivado de lo
mestizo también se veía como negativo. Por ese mismo motivo es que Espinosa Apolo agrupa
estos términos en su libro acerca de los mestizos. Además, el autor señala que el mismo
término mestizo, "resulta una construcción ideológica de los dominadores
extranjeros y sus descendientes antes que una percepción de la propia comunidad acerca de
su especificidad" (Espinosa Apolo, 207). Entonces, la herencia racista de la colonia
está presente en todos los términos analizados.
Para contrastar estos términos peyorativos
provenientes del mestizo con un término en que se destaca lo blanco, resulta sumamente
útil analizar la voz ecuatoriana suco(15). La palabra suco se define
por Córdova como "rubio, bermejo, especialmente dicho de las personas"(16). Al
contrario de los ejemplos de uso para los términos ya mencionados, los ejemplos de uso
para la palabra suco tienen fuertes connotaciones positivas, por ejemplo, "...
los Moncayos... esos sucos altos y blancos, de puros inteligentes..."
(Córdova, 822). El término suco no tiene que ver con las demás palabras
mencionadas en el sentido de que no es peyorativa. Sin embargo, conlleva las mismas
ideologías racistas que se sembraron en la colonia.
El racismo poscolonial en el Ecuador:
¿reproducción o transformación?
Muchos teóricos han hablado respecto de las
raíces coloniales del racismo(17). El racismo se utilizó en la colonia para lograr
varios objetivos. El objetivo inicial era de legitimar la dominación, naturalizando la
inferioridad del indio, y por lo tanto, la superioridad del colonizador español. Más
tarde, esta misma ideología, basada en explicaciones supuestamente biológicas, sirvió
para mantener la jerarquía racial y mediante ésa, aumentar la estabilidad social de la
colonia, dando siempre ventaja a los españoles. Usando el discurso de "limpieza de
sangre" se exaltó la sangre española como la más pura, y se organizó toda la
sociedad, incluyendo la distribución de la riqueza y la división del trabajo, en torno a
eso. Con el constante mestizaje entre los españoles y las mujeres indígenas, y más
tarde, las mujeres negras, se implementó un sistema de castas para fortalecer la
ideología. En las palabras del peruano Nelson Manrique, quien escribe acerca del racismo
en la región andina: "Como toda ideología dominante, el racismo colonial no sólo
fue portado por los colonizadores sino fue interiorizado y aceptado como
"verdadero" por los grupos colonizados".
Es lógico entonces que esta ideología
interiorizada no desapareciera con la independencia de España. En el Ecuador, las
ideologías racistas sirvieron para que la misma clase terrateniente pudiera mantener el
control y asegurar la perdurabilidad de un orden oligárquico en el país. Con la
democratización, se hizo más factible el ascenso social y las posibilidades de
prosperidad económica sin necesidad de "desindigenizarse" en el Ecuador. Sin
embargo, sería una afirmación muy dudosa decir que las ideologías racistas que
plantaron los colonizadores en el territorio ecuatoriano se han desaparecido, o que ya no
existen. Pero tampoco se puede afirmar que la jerarquía racial de hoy tiene
características idénticas a las de la jerarquía racial de la colonia.
En su libro, Resumen de la historia del
Ecuador desde su origen hasta 1845, el lexicógrafo e historiador Pedro Fermín
Cevallos escribe acerca de la jerarquía: "De esta manera en el Ecuador antiguo, el
noble cree ofender a otro diciéndole mestizo; el mestizo cree ofender al cholo; el cholo
al mulato; el mulato al zambo; el zambo al negro, el negro al indio" (Córdova, 373).
Entonces, según la observación de Cevallos, la jerarquía social era también racial,
con el noble blanco ocupando el puesto más alto y el indio ocupando el puesto más bajo.
Los términos analizados, todos de los cuales
corresponden al uso actual del español ecuatoriano, parecen representar la vigencia de
las ideologías racistas en el presente. Sin embargo, se observa que la tendencia común
entre los términos, aparte de ser todos peyorativos, es que provienen del grupo étnico
mestizo. ¿Podría esto representar que el racismo antiindígena está cambiando y que se
está reemplazando con un racismo antimestizo?
El peruano Nelson Manrique observa, en una encuesta reciente entre los jóvenes
peruanos acerca del racismo en el Perú, que
un 45,1% opinaba que los cholos eran los más perjudicados por el racismo, mientras
que 12,9% correspondía a los indígenas, 38,7% a los negros y 0,4% a los asiáticos.
Según la encuesta, 90,9% opinaba que los blancos eran las personas más racistas del
país (Manrique, 16).
¿Qué sugieren los datos aportados por
Manrique? En la época colonial, la raza blanca controlaba el poder económico y
sociopolítico, aunque los blancos eran la minoría. Los indígenas, la mayoría, eran los
más discriminados, y los que menos poder tenían. En la sociedad actual, la mayoría ya
no es indígena, sino mestiza. En el Ecuador, el poder político y económico todavía
está en manos de pocos, y ese poder sigue, por la mayor parte, en manos de los
descendientes de los antiguos oligarcas, los mismos que formaban parte de esa minoría de
raza blanca. Esto no quiere decir que los indígenas ya no están discriminados. Lo que
sí quiere decir es que, aunque la mayoría subordinada ha cambiado en cuanto a su
composición étnica, las relaciones de poder en general, si es que han cambiado, han
cambiado muy poco. También quiere decir que no sólo el sector indígena padece de un
fuerte racismo en su contra, sino el sector mestizo también.
Los cambios que están tomando lugar en cuanto
a los rasgos específicos del racismo en el país no quieren decir que se está alejando
de la herencia colonial; al contrario, el estado poscolonial se reafirma. Se podría
suponer que un alto grado de mestizaje racial ayudaría a homogeneizar la sociedad, no
sólo en términos étnicos, sino en términos socioeconómicos también. Además, se
supondría que, mientras más alto el nivel de mestizaje, menor sería el racismo contra
el indio, ya que una mayoría de la población tendría cierta porción de sangre
indígena. Lastimosamente, eso no ha sucedido.
Manrique afirma que el racismo fuerte que
había contra los indígenas, que es un racismo colonial, parece estar transformándose en
un racismo contra los mestizos. Él escribe:
Para la mayoría de la población peruana usar el término "indio" para insultar a otra persona, teniendo también sangre india en las venas, supone negar una parte de su propia identidad: discriminar, odiar y despreciar a elementos constitutivos del propio yo. La alienación radical. La imposibilidad de reconocer el propio rostro en el espejo. Se produce así una forma de racismo profundamente enrevesada y difícil de abordar (17).
Es importante notar esa tendencia de
autodiscriminación étnica y desplazamiento en el racismo, que se registran no sólo en
Perú, sino en el Ecuador también, y probablemente en toda la región andina.
Tal vez sería más preciso, en vez de hablar
de un desplazamiento del racismo, hablar de una extensión de ello. Si volvemos al
análisis de la evidencia lingüística, enfocándonos en los términos cholo y longo,
refiriéndose este último específicamente a la etnia indígena, vemos que el racismo
hacia los indígenas no se ha disminuido. Todavía en el Ecuador se escuchan frases como,
"se me salió lo indio" o "se me nota lo indio" como pretexto cuando
se ha dicho o se ha hecho algo negativo o vergonzoso. Córdova registra el término indio
como adjetivo con la siguiente definición en el Ecuador: "por extensión, sujeto
ordinario, inculto, grosero". En vez de pensar que hay discriminación contra lo
mestizo en vez de contra lo indio, las pruebas lingüísticas indican que hay
discriminación contra lo mestizo debido a lo indio; es decir, al mestizo se le
discrimina porque tenía en algún momento en su linaje algún antepasado indígena,
creando una "contaminación indígena" que no permite la "pureza de
sangre", ideas arraigadas en el racismo colonial.
Con tantas palabras peyorativas que surgen del
concepto del mestizo, lo que sí se puede afirmar es que los mestizos definitivamente son
receptores de la discriminación racial también, y los muchos términos presentes en el
español ecuatoriano reflejan este hecho claramente. A la postre, el motivo del racismo
contra los mestizos se encuentra en el racismo contra los indígenas. Al mismo tiempo, es
muy importante reconocer la dinámica cambiante del racismo que corresponde directamente a
los cambios en la composición étnica de la población.
En su artículo, "Del
‘poscolonialismo’ al ‘posoccidentalismo’: una lectura desde la
historicidad latinoamericana y andina", Ramón Pajuelo señala la importancia de
"revelar las implicancias del pasado en la configuración de la poscolonialidad
contemporánea" en el espacio andino (Pajuelo, 123). Coincido completamente con esta
afirmación, y espero haber ayudado a explicar, mediante este pequeño aporte con ejemplos
tomados de la lengua, de qué manera el racismo colonial ha configurado el racismo actual
en el Ecuador.
ANEXO I
Cuadro comparativo de los sistemas de castas
en el Virreinato de Perú y en la Nueva España
CRUCE
RACIAL
|
CASTA
|
|
VIRREINATO
DE PERÚ
|
Español
con india
|
Mestizo
|
Mestizo
con india
|
Cholo
|
|
Blanco
con negra
|
Mulato
|
|
Negro
con india
|
Zambo
|
|
Zambo
con india
|
Chino
|
|
NUEVA
ESPAÑA
|
Español
con india
|
Mestizo
|
Mestizo
con española
|
Castizo
|
|
Castizo
con española
|
Español
|
|
Español
con negra
|
Mulato
|
|
Mulato
con española
|
Morisco
|
|
Morisco
con española
|
Chino
|
|
Chino
con india
|
Salta
atrás
|
|
Salta
atrás con mulata
|
Lobo
|
|
Lobo
con china
|
Jíbaro
(gíbaro)(18)
|
|
Jíbaro
con mulata
|
Albarazado
|
|
Albarazado
con negra
|
Cambujo
|
|
Cambujo
con india
|
Zambaigo
(Sanbaigo)
|
|
Zambaigo
con loba
|
Calpamulo
(Calpamulato)
|
|
Calpamulo
con cambuja
|
Tente
en el aire
|
|
Tente
en el aire con mulata
|
No
te entiendo
|
|
No
te entiendo con india
|
Torna
atrás
|
Fuentes: Olien, M.D. "Las Castas:
Mestizaje del México colonial o Nueva España", Latin Americans: Contemporary
Peoples and Their Cultural Traditions, 1973 y Chirinos M., Rocío y Palacios,
María Luisa. "La organización social del virreinato", Historia del Perú 3,
Tercer Mileno S.A., Lima, 1994.
ANEXO II
Derivados de cholo y longo en el
español ecuatoriano
DERIVADO
|
DEFINICIÓN
|
|
CHOLO
|
Acholar(se)
|
Avergonzar.
|
Acholado
|
Dícese de la
persona que se achola con facilidad, o se sonroja y confunde.
|
|
Acholo
|
Acholamiento.
|
|
Acholamiento
|
Acción y efecto
de acholarse. // 2. Rubor, vergüenza, corrimiento.
|
|
Cholada
|
Multitud de
cholos.
|
|
Cholear
|
Tratarle a uno
como a cholo, esto es sin miramiento ni respeto o consideración, humillando. // 2.
Enamorar, galantear, conquistar a cholas.
|
|
Cholejón
|
Que es medio
cholo.
|
|
Cholerío
|
Populacho,
muchedumbre de cholos y cholas.
|
|
Cholero
|
Dícese del
sujeto que gusta, persigue y enamora a cholas.
|
|
Cholito
|
De cholo. // 2.
Tratamiento afectuoso entre personas de confianza mutua.
|
|
LONGO
|
Longuería
|
Multitud de
longas.
|
Longuerío
|
Multitud de
longos.
|
|
Longuero
|
Que le gusta
cortejar a las longas
|
Fuente: Córdova, Carlos Joaquin. El
Habla del Ecuador: diccionario de ecuatorianismos, Tomos I y II. Cuenca, Universidad
del Azuay, 1995.
Notas
1. En este trabajo, el término
"racismo" se entiende en el sentido más amplio de "prejuicios
raciales".
2. El término cholo también se
utiliza en el norte de México y en varias comunidades hispanoparlantes de los EEUU para
describir a un joven latino pandillero. En algunas partes de EEUU, hay inclusive pandillas
cuyos miembros se autodenominan "los cholos". Los lexicógrafos que trabajan
este tema no han podido determinar si el uso de la palabra cholo en México/EEUU
está relacionado o no con el uso andino. Por lo general, se cree que la versión mexicana
proviene de las personas oriundas de un distrito de México que se llama Cholula, mientras
que la versión andina es de origen incierto. Algunos lingüistas creen que podría tener
una procedencia aymará de la voz chulu, que quiere decir mestizo (Córdova, 371).
Otros creen que viene de la palabra quichua chulu, silencio (Espinosa Apolo, 208).
De todas maneras, es interesante notar que los dos significados tienen connotaciones
negativas.
3. Véase el Anexo I para una comparación
entre las castas en la región del Virreinato de Perú y en Nueva España.
4. Para definiciones de estos derivados,
véase el Anexo II.
5. Véase el trabajo de Córdova, en el cual
se detallan también las definiciones de cholo en Costa Rica, Chile y Panamá. En
cada uno de estos países, la palabra indio se utiliza para definir el término.
6. El mismo glosario ofrece una definición de
cholo utilizado como adjetivo para describir a personas o cosas de baja categoría,
como sinónimo de feo. Da un ejemplo de su uso, "qué chola esa ropa".
7. Véanse las definiciones en el Anexo II.
8. Se escribe también como sambo, pero
sigo aquí la convención establecida por la RAE.
9. En el Ecuador, la palabra zambo
también se utiliza como adjetivo para describir el cabello rizado o crespo. Este uso
probablemente proviene del hecho de que el cabello de los zambos es de tal
naturaleza.
10. Como observación aparte, vale la pena
mencionar que el término mono se utiliza en el Ecuador, sobre todo por los
serranos, para designar peyorativamente a los costeños.
11. La tendencia de usar los etnónimos
peyorativos como apelativos afectuosos entre personas de la misma etnia y clase no es
exclusiva al español ecuatoriano. En el inglés de los Estados Unidos, el término
peyorativo nigger se utiliza entre afroestadounidenses como expresión identitaria.
Sin embargo, no deja de perder su carácter extraordinariamente peyorativo cuando se
pronuncia por alguien que no proviene del mismo grupo étnico. Tal es el caso de cholito
en el Ecuador. Se observa además que el periodista ecuatoriano Gilberto Crespo Crespo, en
su artículo, "Defensores del pueblo", se autodenomina cholo, sin acudir
al diminutivo.
12. También se escribe montuvio. Igual
que en el caso de zambo, sigo la convención establecida por la RAE, ortografía
que también utiliza Córdova.
13. Según la RAE, también se define el
vocablo montubio de esa manera en Colombia.
14. Esta palabra no fue aceptada por la
edición más reciente (22ª) del diccionario de la RAE; por lo tanto, no se sabe cuál es
la preferencia ortográfica al respecto. Se escribe chazo o chaso, este
último siendo probablemente más antiguo, ya que Córdova lo registra en una obra del
año 1840 (Córdova, 358).
15. Viene de la voz quichua sucu, que quiere decir
bermejo.16. El significado de esta palabra sería algo parecido a los vocablos mono en Colombia o güero en México.
17. Entre ellos, Walter Mignolo con su libro The Darker Side of the Renaissance. Literacy, Territoriality and Colonization.
18. Las palabras entre paréntesis representan la ortografía antigua.
Referencias Bibliográficas
Cevallos, Pedro Fermín.Resumen de la
historia del Ecuador desde su origen hasta 1845. Guayaquil, 1886.
Chirinos M., Rocío y Palacios, María Luisa.
"La organización social del virreinato", Historia del Perú 3, Tercer
Mileno S.A., Lima, 1994.
Crespo Crespo, Gilberto."Defensores del
Pueblo". Nueva York. Online. Internet.http://amsterdam.nettime.org/Lists-Archives/nettime-lat-0012/msg00105.html
Córdova, Carlos Joaquin.El Habla del
Ecuador: diccionario de ecuatorianismos, Tomos I y II. Cuenca, Universidad del Azuay,
1995.
Espinosa Apolo, Manuel.Los mestizos ecuatorianos y las señas de identidad cultural. Quito, Tramasocial, 2000.
Manrique, Nelson."Identidad y pertenencia
en el espacio andino". Lima, Perú. Online.
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Extraído de :
http://sincronia.cucsh.udg.mx/fletcher03.htm